OpenAI ha decidido no ceder el control. Pese a los rumores y tensiones internas de los últimos meses, la organización fundada en 2015 reafirma que seguirá siendo supervisada por su estructura sin ánimo de lucro, incluso mientras transforma su rama comercial en una entidad con más músculo financiero.
El anuncio llega tras un proceso de revisión interna y conversaciones con las fiscalías generales de California y Delaware, además de intensos debates sobre la dirección de la compañía. El mensaje es claro: OpenAI no será una empresa cualquiera, ni quiere serlo.
La nueva estructura: más inversión, mismo propósito
Desde 2019, OpenAI operaba bajo un modelo mixto: una organización sin ánimo de lucro controlando una filial de beneficios limitados. Ahora, esa filial —la LLC— se convierte en una Public Benefit Corporation (PBC), una figura legal que combina objetivos empresariales con una misión social explícita.
Esto no es un simple cambio administrativo. Permitirá atraer mayor inversión —algo esencial cuando entrenar y desplegar modelos de IA a escala global puede costar cientos de miles de millones de dólares—, pero sin perder de vista su compromiso original: que la inteligencia artificial beneficie a toda la humanidad.
4 facts about our structure:
-OpenAI will continue to be controlled by the current nonprofit
-Our existing for-profit will become a Public Benefit Corporation
-Nonprofit will control & be a significant owner of the PBC
-Nonprofit & PBC will continue to have the same mission
— OpenAI (@OpenAI) May 5, 2025
Tensión con Elon Musk y el debate sobre el control
Este movimiento también responde a las críticas que ha recibido OpenAI por parte de figuras como Elon Musk, uno de sus cofundadores. Musk ha cuestionado en varias ocasiones el giro comercial de la organización, acusándola incluso de haber abandonado su misión original. La disputa se ha hecho pública, con demandas por parte de Elon a OpenAI y declaraciones cruzadas incluidas.
OpenAI, en su comunicado, no menciona directamente al empresario americano, pero el mensaje es evidente: la misión no ha cambiado, el control sigue en manos de la organización sin ánimo de lucro y se refuerzan los mecanismos de gobernanza para garantizarlo.
¿Qué cambia realmente con el anuncio de OpenAI al mantener su control sin ánimo de lucro?
Lo que desaparece es el complejo sistema de beneficios limitados. En su lugar, se adopta un modelo más estándar: acciones, inversores y beneficios… pero con una misión legalmente protegida.
La estructura PBC ya es usada por otras compañías líderes del sector, como Anthropic o xAI. A diferencia de una empresa tradicional, una PBC debe equilibrar el beneficio económico con su propósito fundacional.
OpenAI será ahora propietaria mayoritaria de esta nueva entidad con fines de lucro, lo que le permitirá financiar programas en salud, educación o servicios públicos con mayor autonomía y recursos.
Un mensaje claro al mundo de su CEO, Sam Altman
Sam Altman, CEO de OpenAI, lo resume así: «Queremos construir un cerebro para el mundo y hacerlo accesible para todos, no solo para unos pocos». El objetivo es democratizar el acceso a la inteligencia artificial, dando libertad a los usuarios dentro de límites razonables, y confiando en que el uso responsable superará con creces los posibles abusos.
El comunicado también deja entrever una ambición renovada: OpenAI quiere ser la ONG más efectiva de la historia utilizando la inteligencia artificial como herramienta de impacto global.
Y es que, la decisión de mantener el control en manos de una entidad sin ánimo de lucro, mientras se adapta su estructura a las exigencias del mercado, es un equilibrio delicado. Pero OpenAI parece convencida de que es el camino correcto.